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14Dec

El lenguaje ambiguo de los y las narcisistas: cómo con pocas palabras pueden confundir, controlar y dejar huella en sus víctimas.


El lenguaje digital de los narcisistas: Sidnye – Sana tu ser

Y es que existe el “lenguaje” digital: es la forma en la que muchos y muchas narcisistas controlan a sus víctimas a la distancia. Todo depende de cómo se cortó el vínculo o de la evolución de ese contacto cero. Cuando la víctima muestra señales de decepción, así como intenta dejar atrás a esa persona, ellos y ellas proceden a subir historias de un modo curioso: pueden colgar canciones, fotos con un aspecto triste o frases de anhelo


Nada es casualidad. Tratan de lanzar anzuelos para confundir, para crear una opción de “esperanza”, un modo de captar la atención nuevamente. Porque, si algo es seguro, es que no quieren perder a ninguna víctima y, si con eso pueden dedicar el mínimo esfuerzo, les basta


El problema es que seguir las historias y fotos que publican —aparte de que buscan explícitamente que sean vistas por esas mismas personas— es “despertar” ese detonador, esa trampa de la que parecía que estabas saliendo. La vigilancia digital abre de nuevo ese bucle de confusión, a pesar de que no sea tan potente como la ruptura del contacto cero


El modo de comunicarse que tienen los perfiles narcisistas es ambiguo, sin claridad, y envían señales a quien sepa captarlas. Al tratarse de una personalidad altamente promiscua, pueden tantear oportunidades, así como la recuperación de antiguas víctimas, porque necesitan autovalidarse, dar por hecho que lo que hacen funciona y depredar todo lo que se cruce en su camino, dejando múltiples grietas a lo largo de un amplio recorrido


Voces que piden ayuda, que callan en la incertidumbre y esperan aquella obra majestuosa: la copia de ese ser. Y sí, durante la época del love bombing, tratan de satisfacer las necesidades de la víctima con el fin de proporcionarles un efecto clímax, algo parecido a una unión de almas gemelas. Lo hacen para destruirlo después, para desmontar la historia, desvaneciendo ilusiones, lágrimas y dolor; un dolor que apenas es escuchado o resulta poco comprensible, porque solo las víctimas conocen su dolor, su realidad y quién es en verdad ese ser


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07Dec

Descubre cómo reconocer y salir del secuestro emocional de un/a narcisista, romper la manipulación y recuperar tu poder emocional.


¿Cómo ganarle el juego al/la narcisista?

 Son muchos casos que llegan a consulta con la pregunta: “¿Cómo ganarle el juego a un/a narcisista?” Lo primero que suelo aclarar es que tú no estabas jugando. No sabías que había un tablero, ni reglas ocultas, ni estrategias que descifrar. Tú solo te dejaste llevar por lo que parecía amor, conexión, presencia… pero que terminó siendo un espejismo cuidadosamente construido


Caíste en la trampa, en su encanto, en esa atención intensa que parecía señal de amor verdadero. No fue más que un reflejo de lo que pudo haber sido, una idealización que nunca llegó a hacerse real. Los y las narcisistas —o personas con rasgos narcisistas marcados— captan a sus víctimas desde sus carencias emocionales y desde creencias erróneas sobre lo que significa amar. En muy poco tiempo, a veces días, aparece el love bombing: esa atención excesiva donde van ocupando todo el espacio de tu día a día. Y todo empieza con algo aparentemente inocente: un mensaje, un comentario, una frase ambigua. Pero no es casual. Es una prueba a tus límites.


Cuando cedes, sin darte cuenta abres una puerta a un mundo oscuro. Comienzan los mensajes confusos, el doble sentido, las palabras ambiguas… y poco a poco estas pequeñas grietas se instalan en tus pensamientos y en tu razón. Hasta que un día te ves atrapado/a en un lugar donde no te sientes cómodo/a, pero al mismo tiempo sigues buscando ese encanto inicial que cada vez está más lejos. Es como esperar una estación del año que ya no llega.


Empieza la ansiedad: la incertidumbre, la necesidad de comprender qué está sucediendo, y, peor aún, la culpa: esa falsa creencia de que hiciste algo que provocó su cambio de actitud. Justificas sus acciones, minimizas señales, te convences de que quizá exageras. Mientras tanto, esa persona evade toda responsabilidad y te coloca en el papel de culpable. Pero para entonces tú ya estás dentro del secuestro emocional.


Veo estos casos a diario en consulta. Víctimas atrapadas en la esperanza de que esa persona regrese una vez más. Y vuelve, sí… pero cada regreso es más espaciado, más frío, más vacío. Llega un punto en el que ya no sabes si esa ausencia es temporal o si estás frente al descarte final.


Y aunque al principio cueste entenderlo, el poder lo tienes tú. El/la narcisista solo se mueve cuando percibe que está perdiendo el control, porque su “inversión” inicial ya está hecha. Dará pasos hacia ti únicamente cuando note que la situación deja de estar en sus manos: cuando dejas de subir historias o estados para llamar su atención, cuando ya no respondes, cuando bloqueas, cuando te alejas. Ahí es cuando se activa el miedo a perder su fuente de validación. Por eso aceleran, por eso reaparecen, por eso el hoovering es tan intenso: porque el premio eres tú, no él o ella. Y empezarás a poner límites —y acción real— el día que de verdad creas en esto.


Después de entender cómo actúa el/la narcisista, el siguiente paso es recuperar tu libertad. En mis sesiones trabajamos juntos para romper la manipulación y dejar atrás el secuestro emocional.

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